CANCIÓN
Y yo te daba besos
sin darme cuenta
de que no te decía:
“¡Oh, labios de cereza!”
sin darme cuenta
de que no te decía:
“¡Oh, labios de cereza!”
¡Qué gran romántica
eras!
Bebías vinagre a escondidas
de la abuela.
Te pusiste como una
celinda de primavera.
Y yo estaba enamorado
de otra. ¿No ves qué pena?
De otra que estaba escribiendo
un nombre sobre la arena.
eras!
Bebías vinagre a escondidas
de la abuela.
Te pusiste como una
celinda de primavera.
Y yo estaba enamorado
de otra. ¿No ves qué pena?
De otra que estaba escribiendo
un nombre sobre la arena.
Federico García Lorca
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